I.-El monumento primero.

Mapa Foro Romano

El foro romano tenía que desempeñar toda una serie de funciones y constituye una de las manifestaciones más completas de la convivencia humana en la antigüedad. Se lo puede comparar con el Ágora de los griegos. Uno y otros son lugares al aire libre, destinados a la vida pública, pero en el término “foro” abarca un ámbito más amplio, sobre todo porque no separa la esfera civil de la religiosa.

Es creación romana típica, incluso en su aspecto de realidad urbanística y arquitectónica. Son innegables, sin embargo, las influencias de la herencia de Grecia, y de sus antecesores etruscos.

El foro es uno de los componentes más interesantes de cualquier ciudad romana y además uno de los más inalterables, aspecto que, permite hablar sin duda de unas tipologías claramente definidas.

Sin embargo el foro por antonomasia es el foro de Romano no solo debido a su aspecto arquitectónico general sino porque el significado que tiene, que se ha desarrollado y ha crecido y transformado, primero como símbolo de la libertad y la democracia en la República y después como símbolo del imperio y de la dinastía dominante.

Hemos de considerar también que los foros de diferentes emperadores van surgiendo uno tras otro, eran monumentos que hablaban destinados a los ciudadanos de Roma y el imperio, e incluso a la gente de nuestro tiempo cuya cultura ha surgido del mundo de la antigüedad clásica.

La disposición de los espacios y de las formas arquitectónicas del foro romano fue determinada por las circunstancias y acontecimientos históricos y políticos además de culturales ligados al aumento de poderío de Roma, primero dentro de Roma y más tarde del Mediterráneo helenístico.

Nació en el punto de intersección de dos vías, una de las cuales cruzaba el Tíber, mientras otra discurría paralela a su orilla, para satisfacer dos necesidades básicas del ser humano del ser humano: el encuentro y el intercambio.

Su favorable situación entre la zona residencial del Palatino y la del Capitolio y del Quirinal favoreció enseguida sus funciones comunales políticas y religiosas. La historia nos habla de un avenamiento de los valles pantanosos en tiempos de Tarquinio Prisco, el primer rey etrusco de Roma, que creo la Cloaca Máxima. Gracias a la desecación que dejó, se pudo emplear ese terreno como plaza pública, utilizado hasta el siglo VII como necrópolis. Coincidiendo con la primera pavimentación de la superficie. Sabemos muy poco sobre ese tiempo, como en general sobe toda la época de la monarquía.

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